El balance de Barinaga: “Es un honor defender este escudo” y la dedicatoria especial para Russo :: Olé

Cuando el año se apaga, llegan los balances. Los personales, los futboleros, los que mezclan lo que salió bien con lo que costó más de la cuenta. Uno de los primeros en hacerlo fueAlan Velasco en sus redes, pero otro que se sumó a ese ejercicio fue Juan Barinaga, con un posteo que resumió su 2025 en Boca y dejó un mensaje que fue más allá de las fotos. Un repaso íntimo, con imágenes de la Bombonera, de Ezeiza y de ese proceso silencioso que lo llevó a afirmarse en el cierre del año… y con una dedicatoria especial que tuvo nombre y apellido: Miguel Ángel Russo.

El collage habló por sí solo. Barinaga con la 24 en la espalda, alentando frente a los hinchas en el superclásico ganado, entrenando en Ezeiza, una imagen distinta en blanco y negro con una sola palabra -“Entrenar”- y un cierre que resumió su manera de vivir el fútbol. Todo lo que fue su mejor temporada en el Xeneize.

“Por los momentos, por las presiones, por la gente, por las enseñanzas. Me entregué al máximo, como siempre lo hice y lo seguiré haciendo. Es mi forma de vivirlo. Gracias, bosteros, es un honor defender este escudo. Vamos por un 2026 mejor”, empieza diciendo el posteo del lateral, quien terminó cerrando un 2025 con 22 partidos jugados.

Dentro de ese balance, Barinaga no dejó pasar lo vivido con Miguelo. “No puedo dejar pasar lo vivido con Miguel, le agradezco su confianza y cada consejo que me dio, siempre va a estar presente en mí. Vamos por un 2026 mejor”, escribió en ese mismo post. Y no fue una frase al pasar. Detrás hubo una charla clave, en un momento complejo, cuando no tenía minutos y sentía que había perdido el horizonte.

El propio Barinaga lo contó tiempo atrás: fue a hablar con Russo buscando claridad. “ Me dijo: ‘Tranquilo, que te conozco de Belgrano y te vi’. Le pedí un consejo porque no encontraba el horizonte y él me dijo que esté tranquilo, que conocía mis cualidades y que tenía que mejorar esto, esto y esto, y que cuando lo hiciera me iba a dar la oportunidad”, contó el lateral en el Canal de Boca.

La chance no fue inmediata, no jugó el Mundial de Clubes, pero llegó. Y llegó con una enseñanza que le quedó marcada. “Es difícil que te hablen con sinceridad y que te digan en la cara lo que hacés mal, y que cuando lo mejorás, te den la posibilidad. A partir de ahí le agarré un respeto impresionante”.

Con esa publicación el Colo cerró el año. La dedicatoria abrió una historia. La de un jugador que terminó afirmándose y la de un DT que, una vez más, dejó huella sin necesidad de salir en la foto.